TRIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
CICLO "A" Primera
lectura: Exodo 22, 20-26
EVANGELIO 36-Maestro, ¿cuál es el
mandamiento principal de 37Él le contestó: -«Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente» (Dt 6,5). 38Este es el
mandamiento principal y el primero, 39pero hay un segundo no menos
importante: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Lv 19,18). 40De
estos dos mandamientos penden
|
|
COMENTARIOS I Al Maestro nazareno se la tenían echada en
agua. Sus enemigos lo habían sentenciado a muerte, incluso antes de poder
atestiguar su delito. Por esto buscaban un motivo político: "¿Hay que
pagar tributo al César, sí o no?" Al no caer Jesús en la trampa tendida,
los fariseos pasaron al ataque en su propio campo religioso. Un jurista le
pregunta con mala idea: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de
Los israelitas tenían un
código de más de seiscientas leyes religiosas, y entre los entendidos se
discutía cuál de ellas era la más importante. Los fariseos quisieron involucrar
a Jesús en la discusión. Y Jesús volvió a sorprenderles.
En los últimos domingos estamos asistiendo, a
través de los evangelios que se leen en la celebración de cada eucaristía, a
los últimos asaltos de la confrontación que mantuvo Jesús con los representantes
de las instituciones religiosas de su tiempo, conflicto que desembocó en la
muerte de Jesús. Los últimos párrafos que hemos comentado
muestran una gran dureza en este enfrentamiento. En algunas de las últimas
parábolas y en el capítulo que sigue a éste en el evangelio de Mateo, el
capítulo 23, Jesús hace acusaciones gravísimas a los jerarcas religiosos
de su pueblo. Pero el evangelio de este domingo parece más bien una discusión
académica entre especialistas en leyes: se trataría de que Jesús diera su
opinión acerca de un problema discutido. El fondo de la cuestión, sin embargo,
no era ése.
Los letrados, la mayoría del partido fariseo,
eran los especialistas en Pero los letrados fariseos parece que se
habían olvidado de que los mandamientos servían para ese fin. Y se habían
dedicado a complicar los deberes religiosos de los israelitas para así hacer
necesario su papel en la sociedad: si hacer lo que Dios quiere era una cosa muy
complicada, entonces era indispensable que hubiera un grupo de especialistas
que se dedicaran a explicar lo que un buen israelita debía hacer en cada
momento. Así aseguraban su propio prestigio y su papel dominante en la sociedad
israelita. Y después de haber complicado al máximo la vida religiosa (habían
conseguido hacer una lista de 613 mandamientos: 365 que indicaban otras tantas
prohibiciones; 248 que se referían a obligaciones), se dedicaban a discutir
entre ellos cuál de los 613 mandamientos era el más importante. La mayoría consideraba que el mandamiento
principal, el más importante de todos -y para muchos, más importante que todos
juntos-, era no trabajar los sábados, de modo que quien lo cumplía realizaba a
la perfección sus deberes religiosos.
A Jesús no le interesaba demasiado entrar en
discusiones teóricas, y mucho menos perderse en los detalles de las doctrinas
fariseas. La primera parte de su respuesta se
identifica con una de las corrientes minoritarias de entonces, la de los que
decían que el mandamiento principal es el amor a Dios. Pero la completa
poniendo a su mismo nivel otro mandamiento, el del amor al prójimo: «'Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente'. Este
es el mandamiento principal y el primero, pero hay un segundo no menos
importante: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'. De estos dos mandamientos
penden Porque, además de esta conexión entre ellos,
lo importante de la respuesta de Jesús es la relación que establece entre estos
dos mandamientos y el resto de Para los cristianos, Jesús lo resumió todo en
el mandamiento del amor fraterno -que no es igual que ninguno de los
anteriores-, el mandamiento nuevo que deja anticuados a todos los demás.
El punto de vista, sin embargo, sigue siendo el mismo: el amor. Los
cristianos no deberíamos olvidarnos de esto, no sea que nos sorprendamos
cualquier día al descubrir que estamos discutiendo de nuevo cuál es el más
importante de los 1.752 mandamientos de
La
legislación de Israel estaba orientada a mitigar los efectos del
empobrecimiento de las grandes masas de campesinos. El exilio, el
desplazamiento forzado por causa de la guerra, la usura... se convertían en una
amenaza para la convivencia y, sobretodo, contradecían los fundamentos éticos del
pueblo de Dios. El «código de
la alianza» hacía énfasis, no sólo en las rúbricas litúrgicas o en las
orientaciones religiosas, sino en la protección de los sectores más vulnerables
de la sociedad: forasteros, viudas, huérfanos, jornaleros y pobres en general.
Los forasteros porque, en la mayoría de los casos, eran exiliados de la guerra
que habían sufrido el desplazamiento forzado y llegaban a las tierras de Israel
sin otro recurso que sus propias manos. La legislación recuerda los beneficios
del éxodo y el cambio de situación del pueblo hebreo que pasó de la servidumbre
a la libertad. Las viudas y los huérfanos estaban a merced de los parientes
varones que detentaban el monopolio jurídico de la tierra. Los jornaleros
estaban a merced de los terratenientes que les pagaban cuando se les venía en
gana y no al terminar el día, como lo determinaba Un hombre del
antiguo Israel, como Jesús, se sorprendería al ver que nuestra sociedad se basa
en la usura. Para ellos, los exagerados intereses de una deuda eran una
auténtica vergüenza. Y más se asustaría al saber que los grandes usureros
gobiernan las políticas de los países y determinan quién vivirá satisfecho y
cuantos millones de pobres morirán de hambre. La usura es, en Esta
situación queda consagrada igualmente en el plano internacional. Tan
consagrada, que se considera natural la situación de sometimiento absoluto con
el que las finanzas internacionales, impúicamente especulativas, dominan la
vida y el trabajo de las mayorías de los distintos páises, mediante la subida y
la bajada, casi enteramente caprichosa, de los «intereses de los mercados
internacionales. Hace unos años fue con Los juristas
gustaban de probar los conocimientos que Jesús tenía sobre El sábado
había dejado de ser fiesta del Señor y se había convertido en un día lúgubre,
lleno de prescripciones ridículas que impedían a las personas movilizarse,
cocinar e, incluso, auxiliar al necesitado. Cuando los
juristas preguntan a Jesús por la ley más importante esperan que el cometa un
error y se pronuncie contra Al colocar
estos dos mandamientos como el eje de toda Nosotros
vivimos hoy en sociedades que tienen muchas más normas que el pueblo judío,
incluso nuestras iglesias tienen extensas legislaciones. Vivimos también en un
mundo que tiene muchísimos más millones de pobres oprimidos bajo la usura
internacional, que los pobres oprimidos por los que clamaron los profetas.
Para la
revisión de vida La pregunta por lo esencial demanda
de nosotros la vuelta a las actitudes esenciales: ¿cómo estoy ante los dos
valores esenciales que Jesús proclama, los dos amores, a Dios y al prójimo?
¿Encierro ahí «toda Para la
reunión de grupo Dios y el
prójimo (los dos principales mandamientos) han sido ejemplificados como las
dimensiones vertical y horizontal. ¿Es correcta esa “geometría espiritual”?
¿Son realmente “dos” dimensiones, y son dimensiones tan distintas
(perpendiculares, la posición más contraria que pueden tomar dos rectas que se
relacionan)? ¿No es peligroso adjudicar plásticamente a Dios la dimensión
vertical? ¿Qué tiene que ver Dios con el “arriba”? «El primero
es el más importante, y el segundo es semejante al primero». Si es semejante,
¿es menos importante o es de semejante importancia? Comparemos esta proposición
con aquella: «si alguien dice que ama a su prójimo y no ama a su hermano,
miente»: ahí parece que el segundo es condición de validez del primero, o sea,
más importante en algún sentido… Dialogar sobre esta relación en que Jesús pone
a los dos mandamientos. Esta moral de
Jesús parece no tener más que un capítulo, el del amor. Todos los demás
capítulos son subcapítulos y están subsumidos en el capítulo del amor.
Pregunta: ¿cuántas normas, mandatos o preceptos dio Jesús sobre la sexualidad?
¿Es que hay mucho más que decir –moralmente- sobre la sexualidad que lo que
podamos decir sobre el Amor o sobre En 1802,
Tomas Jefferson dijo: «Pienso que las instituciones bancarias son más
peligrosas para nuestras libertades que ejércitos lisos para el combate. Si el
pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda,
los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a ellos privarán a
la ente de toda posesión, primero por medio de la inflación, a continuación por
la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo,
sobre la tierra que sus padres conquistaron». Comparar esta «profecía» laica de
Jefferson con lo que estamos viviendo en los últimos años con la crisis
económica mundial a partir del comportamiento de los bancos de Estados Unidos.
Debatir: ¿era peor la situación contra la que reaccionaban los profetas de
Israel? ¿Qué dirían hoy los profetas? Buscar en la
red y ver (está puesta oficialmente) la película «Inside Job», sobre la misma
crisis económica. Debatir en forum. Para la
oración de los fieles Por toda Por todos
aquellos que en su vida saben vivir amando al prójimo, para que sepan superar
los reveses que las personas egoístas puedan causarles. Roguemos... Por todos los
que trabajan por la justicia, para que el ejemplo de su vida convierta a los
opresores. Roguemos... Por todos los
que trabajan por la promoción y la liberación de las personas y los pueblos,
para que nunca sean presa del desánimo. Roguemos... Por todos los
que nos confesamos creyentes, para que nunca olvidemos que lo que
verdaderamente agrada a Dios es que no explotemos a los débiles y necesitados.
Roguemos... Por todos y
cada uno de nosotros, para que nunca olvidemos que el mandamiento principal y
primero es el del amor. Roguemos... Oración
comunitaria Dios, Padre nuestro: aumenta nuestra fe, nuestra esperanza y, sobre todo, aumenta nuestro amor y nuestro sentido de la justicia, de modo que vivamos siempre próximos a nuestros hermanos, especialmente a los más necesitados. Por Jesucristo.
|